México tiene una gran tradición de bebidas que se consumen desde los tiempos prehispánicos, una de esas bebidas es el atole y el champurrado, que son diferentes, pero para muchas personas son lo mismo. Estas son algunas diferencias entre el atole y el champurrado, tienen muchas más diferencias de las que crees.
¿Cuáles son las diferencias entre el atole y el champurrado?
Ingredientes principales:la base del atole es de masa de maíz (o harina de maíz), agua o leche, endulzado con azúcar o piloncillo. Se le pueden agregar sabores como vainilla, canela, fresa, guayaba o chocolate, dependiendo de la variante. El champurrado también utiliza masa de maíz como base, pero se prepara específicamente con chocolate y piloncillo, además de canela, lo que le da un sabor más rico y específico.
Sabor: el sabor del atole varía dependiendo del ingrediente extra que se utilice para aromatizarlo; puede ser dulce, frutal o neutro. El champurrado tiene un sabor característico a chocolate, con notas de canela y un toque profundo del piloncillo.
Textura: el atole puede ser espeso o más ligero dependiendo de la cantidad de masa o harina que se use. El champurrado generalmente es más espeso que el atole debido a la combinación de masa y chocolate, lo que le da una textura más densa y cremosa.
Contexto cultural: el atole es más versátil y se consume durante todo el año, especialmente en desayunos o eventos como Día de Muertos. El champurrado suele estar más asociado con temporadas frías y celebraciones como la Navidad o posadas, por su carácter reconfortante.
¿Qué beneficios tiene tomar champurrado?
El champurrado, al ser una bebida tradicional hecha con ingredientes naturales como maíz, chocolate, piloncillo y canela, ofrece varios beneficios nutricionales y energéticos. Algunos de los más destacados por los expertos son los siguientes.
Fuente de energía: el champurrado es rico en carbohidratos provenientes del maíz y el piloncillo, lo que lo convierte en una excelente fuente de energía rápida, ideal para comenzar el día o para combatir el frío.
Aporta nutrientes: es rico en fibra, que ayuda a mejorar la digestión, y contiene vitaminas del grupo B, importantes para el metabolismo energético. Proporciona antioxidantes que pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo en las células, además aporta minerales como hierro, calcio y magnesio, además de ser un endulzante más natural que el azúcar refinada.
Historia del atole
La historia de los atoles está profundamente arraigada en las culturas mesoamericanas, especialmente en las civilizaciones azteca y maya, que consideraban al maíz no solo un alimento básico, sino también un elemento sagrado.
El atole no solo era alimento cotidiano, sino que también tenía un papel en ceremonias religiosas y ofrendas, especialmente en contextos relacionados con la fertilidad, la cosecha y los dioses del maíz como Centeotl.
Originalmente, eran más simples, elaborados con masa, agua y a veces endulzados con miel o perfumados con hierbas locales. Algunos se preparaban espesos para alimentarse, mientras que otros eran más líquidos, ideales para acompañar comidas.
Con la llegada de los españoles, se introdujeron ingredientes como la leche, el azúcar, el chocolate y las especias como la canela, lo que diversificó las recetas tradicionales y dio lugar a variantes como el champurrado. El atole se mantuvo como un alimento popular entre todas las clases sociales, gracias a su sencillez y versatilidad.
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