La electricidad estática es una sensación común que muchas personas experimentan en situaciones cotidianas, como al cepillarse el cabello o al rozar ciertos materiales. Aunque estas descargas son inofensivas, son el resultado de un desequilibrio entre cargas eléctricas en el cuerpo, que se acumulan por diversas razones.
Aunque en la mayoría de los casos son inofensivas, en entornos como industrias electrónicas o zonas con materiales inflamables, la electricidad estática puede ser peligrosa. Por ello, se utilizan equipos especiales, como pulseras antiestáticas y suelos conductivos, para prevenir riesgos.
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